lunes, 9 de noviembre de 2009
crítica Castaway on the Moon, de Lee Hey-yun
Castaway on the Moon. Corea del Sur. Dir: Lee Hey-yun. Sección Panorama - Sentidos del humor.
El catálogo la presenta como una cruza entre Robinson Crusoe y Jackass, lo cual, sobre todo por la última comparación, poca justicia le hace.
Y es que este film, uno de los pocos de Surcorea en esta edición del festival, es mucho más que eso; es un trabajo sobre la soledad militante, sobre la búsqueda de la diferencia respecto del resto del mundo. El protagonista central, un angustiado yuppie urbano, termina de decidir su suicidio en medio de una charla telefónica con el call center de una empresa prestamista que le anuncia su inminente debacle personal.
La pequeña epopeya de quitarse la vida se ve trunca, y ternmina con el cuerpo de nuestro antihéroe arrastrado hacia una isla... a ¿300? ¿400? metros de la ciudad. Pero él no sabe nadar y por sus breves pedidos de auxilio no obtiene respuesta alguna. Quizá por eso, quizá por su propia necesidad, el sujeto elige clavarse ahí, en esa tierra (no tan) lejana pero aparentemente propia, y sin necesidad de deuda alguna ni credit cards.
En la otra orilla, una atribulada joven posmo vive encerrada en su habitación, y su cuarto no da al jardín, da la gran city y gracias al objetivo de su sony, también a la islita del susodicho. Desde allí, conviviendo con restos de comida, latas de conserva y fotos de la luna, establece una amistad a fuerza de botellas con mensajes y -desde el otro lado- escrituras sobre la arena. El amor, ponele.
Lee Hey-yun se las ingenia para contarnos la historia de un náufrago que nos angustia más que cualquier temporada de Lost porque la solución está ahí nomás, a un par de manotazos sobre el agua. Y quizá la épica esté precisamente en eso, en la búsqueda del aislamiento pese al no tan lejano salvavidas.
La resolución del relato, en este marco, es un elemento más, en comparación con el peso propio de todo lo que sucede durante el resto de film. Y quizá no esté de más, tampoco, decir que es lo de menos.
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--daniel castelo